La demanda de gas adicional para las centrales eléctricas por la ola polar se le pagará a las petroleras casi al doble del precio pactado
El Gobierno nacional decidió avanzar con una medida clave para evitar futuras crisis en el suministro de gas natural durante los picos de consumo invernales. A través de Cammesa, se implementará un esquema de subastas para ofrecer un precio superior al del Plan Gas a las productoras de Vaca Muerta, con el objetivo de asegurar una mayor disponibilidad para las centrales termoeléctricas y evitar la necesidad de recurrir a combustibles líquidos importados.
La iniciativa responde al reclamo de las petroleras, que venían solicitando un precio que refleje la rentabilidad real de la producción de gas seco en la cuenca neuquina. Durante la última ola polar, ocurrida entre fines de junio y principios de julio, se registraron restricciones que afectaron al sistema eléctrico y a usuarios residenciales, lo que motivó la búsqueda de mecanismos alternativos.
La nueva modalidad consistirá en una subasta que se canalizará a través de la plataforma Megsa, con precios que oscilarán entre los US$ 7 y US$ 7,5 por millón de BTU. Esto representa hasta US$ 3 más que el valor reconocido por el Plan Gas durante la ventana invernal. Desde el sector energético destacaron que la diferencia no será trasladada a las tarifas de los usuarios.
De acuerdo con fuentes oficiales, el diferencial de precio será absorbido por subsidios estatales, lo que permitirá que el precio al consumidor final no sufra modificaciones inmediatas. A su vez, el Gobierno evalúa medidas complementarias como una nueva reducción del PIST, tal como se aplicó en junio, para mitigar el impacto de la reciente suba del dólar, que acumuló un 7% en lo que va de julio.
Desde el equipo energético se explicó que la subasta también busca optimizar el esquema de abastecimiento, priorizando la compra de gas spot proveniente de Vaca Muerta, más económico que el gasoil, que suele utilizarse cuando hay faltantes. De este modo, se persigue una mayor eficiencia en el uso de recursos públicos destinados al sector energético.
Una de las principales obras que respaldan esta estrategia es la planta compresora de Salliqueló, que sumará capacidad de transporte para el gas neuquino. Esta infraestructura forma parte del sistema del gasoducto Néstor Kirchner y es clave para ampliar el despacho desde la región productora hacia los centros de consumo.
En el sector privado, la decisión fue bien recibida. Productoras de gas resaltaron que esta medida representa un incentivo necesario para mantener operativos los pozos de gas seco, cuya rentabilidad se ve comprometida bajo el esquema actual de precios. Señalaron que sin este tipo de acciones, la oferta podría verse comprometida en futuras temporadas.
Una de las problemáticas que se busca revertir es la progresiva sustitución del gas seco por el gas asociado al petróleo, que tiene menores costos de extracción pero no siempre responde a criterios de demanda energética. Esta situación provocó el cierre de pozos con reservas comprobadas por no ser económicamente viables.
Desde el sector productivo se remarcó que con los actuales US$ 4,5 por millón de BTU que reconoce el Plan Gas, muchos desarrollos no alcanzan a cubrir los costos operativos. La ventana de consumo elevada se reduce a tres meses por año, lo que limita la amortización de inversiones e impide mantener activos los pozos.
Un vocero de una de las principales operadoras de la cuenca afirmó que “la crisis de julio fue un baño de realidad que demostró que se necesitan valores más cercanos a los US$ 7 para garantizar la continuidad productiva”. Según analistas del sector, esta situación revela los desafíos estructurales de un sistema donde el 80% del costo eléctrico está dolarizado y el 100% del gas depende de divisas.
Con esta medida, el Gobierno busca evitar nuevos episodios de desabastecimiento que afecten al sistema eléctrico o al consumo residencial. Además, apuesta a consolidar la producción nacional y reducir la dependencia de importaciones costosas, en un contexto de restricciones fiscales.
La implementación de estas subastas podría establecer un precedente en el esquema de precios para el gas natural argentino, especialmente en contextos de alta demanda. Aunque implica un mayor esfuerzo fiscal, el Ejecutivo considera que su impacto en términos de seguridad energética y ahorro en importaciones justifican su aplicación.
Finalmente, se espera que en los próximos días se oficialice la fecha de la primera subasta, que permitirá testear la respuesta del mercado y establecer las condiciones contractuales que regirán la nueva oferta de gas para el sistema térmico nacional. Las petroleras de Vaca Muerta, en tanto, aguardan definiciones para comenzar a planificar sus próximos movimientos operativos.